Algunos párrafos demasiados profundos como para tomar este texto a la ligera, sobre todo aquel en el que cuentas tus sentimientos cuando leísteis la frase ¿i tu que me cuentas? Me gusta las emociones que experimentasteis en aquel momento y compartes con tus lectores,,,,,però no pergues mai la perspectiva de la història. Posiblement hui S. Mateo matizaría ixe escrit i si no, t’el explique jo humildement i sense intentar “enmendar la página” a ningún sant. La balanza està en 4, tal vegada 6 contra de 1 que son les persones que actualment están feliços de viure al teu costad. S. Mateo se la te que envainar!!! T´estime.
Un profesor de religión nos decía que es más difícil dejarse perdonar que perdonar. Puede que algo de eso haya aquí. En cualquier caso, Ana, gracias por este texto.
Gracias Ignacio. Dejarse perdonar va de despojarse de orgullo. El orgullo es el pecado original que hizo posible el infierno. Qué difícil es hacerse pequeño y decir “me he equivocado”.
Si tú vas al infierno, a mi me mandan de cabeza… Brindaremos con cazalla, que imagino es lo único que sirven allí. Pero no, no lo creo. Hay que perdonarse todos los días, Ana, lo decía Laforet.
Algunos párrafos demasiados profundos como para tomar este texto a la ligera, sobre todo aquel en el que cuentas tus sentimientos cuando leísteis la frase ¿i tu que me cuentas? Me gusta las emociones que experimentasteis en aquel momento y compartes con tus lectores,,,,,però no pergues mai la perspectiva de la història. Posiblement hui S. Mateo matizaría ixe escrit i si no, t’el explique jo humildement i sense intentar “enmendar la página” a ningún sant. La balanza està en 4, tal vegada 6 contra de 1 que son les persones que actualment están feliços de viure al teu costad. S. Mateo se la te que envainar!!! T´estime.
Un profesor de religión nos decía que es más difícil dejarse perdonar que perdonar. Puede que algo de eso haya aquí. En cualquier caso, Ana, gracias por este texto.
Gracias Ignacio. Dejarse perdonar va de despojarse de orgullo. El orgullo es el pecado original que hizo posible el infierno. Qué difícil es hacerse pequeño y decir “me he equivocado”.
Si tú vas al infierno, a mi me mandan de cabeza… Brindaremos con cazalla, que imagino es lo único que sirven allí. Pero no, no lo creo. Hay que perdonarse todos los días, Ana, lo decía Laforet.
Jajajajajaja! Brindemos pues por un destino incierto y por un perdón eterno, lo merezcamos o no.