Sobre la naturaleza divina de la materia.
Reflexiones de la Dra. Ana, experta en consejos no solicitados.
Ahoy sailors! I still have not quite figured out the cross-posting thing. If you did not receive the English version, here is the link.
Escribí esta texto diez días antes de su publicación en la página The Soaring Twenties Social Club. Desde entonces, he leído este post de
y me parece que, en cierto modo, ambos textos se hablan mutuamente. Aferraos a vuestros amigos, los de carne y hueso. Si no tenéis ninguno, buscadlos. Dada la naturaleza humana, os decepcionarán; vosotros les decepcionaréis. Pero sólo por eso, el amor imperfecto que os regaláis mutuamente es tan valioso.Detalle de La Creación de Adán, de Michelangelo Buonarroti. El original lo podéis ver en la Capilla Sixtina del Vaticano.
Me encanta la naturaleza dual de la humanidad. La forma en que experimentamos de manera tan singular, con asombro espiritual, las maravillas del mundo físico y, al mismo tiempo, necesitamos nuestros sentidos físicos para experimentar nuestra dimensión espiritual.
Esto es posiblemente lo mejor del cristianismo (¿me atrevería a decir lo ÚNICO bueno?): ya sabéis, la parte en la que el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros (Juan 1:14).
Ahora bien, no sé si hay alguna otra religión por ahí que también crea que Dios se hizo hombre; posiblemente la haya, realmente soy una ignorante en todo lo que se refiere a teología. Y de ninguna manera estoy diciendo que el cristianismo tenga todas las respuestas o que sea moralmente superior a otros tipos de culto; de hecho todavía me cuesta mucho entender algunas (la mayoría) de las cosas que se supone que debemos creer, seguir y hacer. Sólo digo que me parece asombroso, glorioso incluso, que el cristianismo haya entretejido la naturaleza humana tan perfectamente con la divinidad para darle el lugar majestuoso que le corresponde. Luego, por supuesto, lo hemos jodido todo por las absurdas interpretaciones que el hombre hace de lo divino, pero no voy a hablar de los Diez Mandamientos y la virginidad y la gula y el pecado y cosas secas por el estilo. Sólo quería explicar brevemente por qué no entiendo la postura del hombre moderno en lo que se refiere a lo espiritual y lo material, como si fueran entidades separadas.
Mis amigos que se declaran agnósticos o ateos dicen que creer en Dios no es científico. Me han preguntado en numerosas ocasiones cómo se puede afirmar que Dios es bueno si existen el dolor y la enfermedad. Por ello, he deseado, también en numerosas ocasiones, tener las palabras adecuadas para explicar por qué si este mundo obedece ciertas leyes físicas y no otras, esas leyes deben ser obedecidas en todo momento. Si estas leyes no se cumplieran en TODO momento, los acontecimientos serían arbitrarios, y no sólo la ciencia y la investigación serían inútiles, sino que tampoco tendría sentido encontrar posibles soluciones a los problemas si estos fenómenos fueran impredecibles. A lo mejor hay otro universo donde la enfermedad y el dolor no existen, pero seguro que con esas ventajas otras desventajas son inevitables#.
En cualquier caso, y volviendo a las cuestiones sobre encontrar trazos de divinidad en el mundo natural, si alguien puede ver la reproducción sexual como algo que no sea milagroso, debe estar mal de la cabeza o realmente no se ha parado a contemplarla adecuadamente. Es decir, mezclar un espermatozoide con un óvulo y tener al cabo de un tiempo pertinente un ser completamente nuevo (ya sea un fruto con semillas que puede convertirse en un árbol o un bebé elefante) es algo que no se le ocurriría a ningún escritor de ciencia ficción. Lo mismo ocurre con la refracción de la luz y el arco iris, las Perseidas en las noches despejadas de verano y el hecho de que, al percibir un peligro, el corazón se acelera, bombeando más sangre oxigenada a los músculos para, en caso necesario, poder correr lo más rápido posible.
Una de las mejores cosas que uno puede experimentar son las mariposas en el estómago cuando se está enamorado. Resulta que es una respuesta de “defensa o huida” que libera adrenalina y disminuye el flujo sanguíneo al intestino. Así que, como véis, todas las cosas buenas de la vida, desde saborear un buen vino pasando por los orgasmos hasta la sensación que tenemos cuando hace demasiado calor y de repente sentimos una suave brisa fresca, todo eso, no es más que una serie de reacciones químicas hábilmente elaboradas y metódicamente orquestadas. La materia de la que están hechos los milagros.
La cuestión de la naturaleza del sufrimiento sigue pendiente. No entraré en el dolor causado por el hombre, como la pobreza, la desigualdad, el racismo, el sexismo, la guerra, etc. Me limitaré al dolor físico que sentimos cuando nos magullamos, o nos cortamos, o nos caemos o tenemos cáncer. Y antes de embarcarme en el tema, permitidme despejar cualquier duda: el dolor es una mierda. No hay nada glorioso en el sufrimiento, nada esclarecedor en él, quizá, sólo ayuda a apreciar mejor la salud cuando una dolencia remite. Pero, y este es el "pero" más importante de todo este rollo que aquí os suelto, para poder sentir caricias, hay que poder sentir dolor. Morir es la consecuencia inevitable de vivir.
Como oncóloga, he tenido muchas pacientes que han expresado de diferentes maneras lo injusto de tener cáncer. Como no soy "la oncóloga moral", lo único que puedo hacer es sentarme y escuchar porque, por desgracia, no tengo respuestas para ellas. Al menos, no tengo respuestas que no impliquen una proyección de mis propias creencias. Así que callo y escucho. A sus afirmaciones de "no haber hecho nada malo", lo que quiero decirles es que el cáncer no es una enfermedad que entienda de culpa. El cáncer no es algo que suceda a personas buenas o malas o merecedoras o impías. Algunas personas dirán que el cáncer de pulmón lo tienen las personas que fuman, lo cual es en gran parte cierto; el tabaco es un carcinógeno, pero también podría decir: "mi madre no fumó ni un solo día de su vida y tuvo cáncer de pulmón" (está bien, por cierto). Cuando uno está en medio de este sufrimiento, lo que menos ayuda es un médico diciendo- "Perdona... el mundo no funciona así". Pero esa es la verdad: el cáncer pasa porque una célula se volvió loca y el sistema inmunitario no la detectó a tiempo por razones que desconocemos, y de repente, aquí estamos.
Esto es simplificar demasiado las cosas hasta un grado extremo, pero básicamente capta la esencia del asunto. Las enfermedades ocurren porque pertenecemos a este mundo con leyes físicas e interacciones químicas específicas y, por frustrante que parezca, a veces nos encontramos en verdaderos apuros sin haber hecho nada malo. A veces ocurren cosas y no podemos culpar a nadie, ni siquiera a nosotros mismos.
Me da mucha rabia que no se hable de la muerte o la enfermedad, especialmente con los niños. Como si no hablar de estas cosas las evitara^. Hablar honestamente de la muerte y la enfermedad permite a los niños comprender mejor la naturaleza de la vida en la Tierra, y armados con ese conocimiento, los niños crecen pudiendo tomar decisiones más informadas. También puede ayudar a que tengan reacciones más adaptadas a cosas que están fuera de su control.
Supongo que nuestra tensa relación con la enfermedad se debe a que estar enfermo es un asco, pero también a que, históricamente, hemos entrelazado la enfermedad con el pecado. Todos sabemos que la peste se entendía como un castigo de Dios y, como de costumbre, echamos la culpa a los judíos, los gitanos y los extranjeros (como racistas somos muy poco originales). También, y admito que es mi propia interpretación, todo el énfasis en la castidad se debiera a un gran esfuerzo por acotar los casos de gonorrea que me da que era rampante por aquel entonces puesto que se merece una mención en el Antiguo Testamento (Levítico 15:2-3)++. Quizá podríamos actualizar la Biblia con un breve párrafo:
"Y entonces Dios inventó los preservativos y creó los programas de educación sexual".
Posiblemente, lo de evitar la carne de cerdo y de ternera en algunas religiones tenía más que ver con ecología y la situación socioeconómica y sanitaria de la época en que se inventaron las leyes, pero es más sencillo decir: "No comas esto porque lo dice Dios" y aquí estamos ahora.
Asistí a colegios católicos durante toda mi educación, desde primaria hasta la universidad. No estoy segura de que entendáis hasta qué punto al catolicismo le mola lo de la abnegación, especialmente en lo que se refiere a los placeres físicos. Sus más fervientes defensores dicen que se trata de disfrutar de las cosas con moderación pero, habiendo estado entre bambalinas, sé que eso es lo que dicen a los de fuera para vender entradas, parecer "normales" y "accesibles". En retrospectiva, considero que su insistencia en el pecado y la culpa es extremadamente contraproducente. Así es como pierdes a gente inteligente para tu causa.
Por daros un ejemplo aclaratorio, personalmente no entiendo cómo se puede disfrutar de un pastel de chocolate o de un orgasmo con moderación. Tanto con el chocolate como con el sexo, necesito terminar y estar llena, estar tan saciada que no me quepa nada más. Y aquí, una podría decir que comer demasiado chocolate no es muy sano, tan poco sano como mirar pelis porno en serie. Y es cierto, pero uno no deja de anhelar el chocolate por negarse a sí mismo el susodicho capricho. Uno deja de anhelarlo porque llena su vida con muchas otras cosas agradables, como el queso, las naranjas en diciembre y los melocotones en julio, los paseos por la naturaleza, conversaciones con amigos, jugar al escondite con los niños, pintar, leer, hacer cerámica, escribir cartas, acariciar a tu perro*, coser, hacer punto, cocinar, correr, pescar, trabajar en el jardín, jugar a las cartas, remendar calcetines, trenzar el pelo de tu hermana, comer hamburguesas, visitar museos, nadar, ir al cine, jugar a waterpolo, saltar en esas camas elásticas que llegan a tu pueblo con la feria, bailar en la discoteca o en tu cocina, escuchar buena música. Cosas que te hagan no querer pasarte el día atiborrándote o masturbándote.
En la variedad está la clave, mis pequeños saltamontes.
Supongo que lo que quiero decir es que todo lo bueno de la vida necesita de los sentidos físicos como interfaz entre el mundo exterior y nuestra alma. Y necesitamos exponer nuestros sentidos físicos a muchas cosas para agudizarlos y reconocer lo que nos gusta y lo que no. Así que salid ahí fuera, sentid el sol y la brisa y la lluvia, comed un buen plato de pasta con un buen vino tinto y bañaos en el mar o en un lago o en un río. Seguid un sendero lleno de árboles. Si no hay naturaleza a vuestro alrededor, montaos en el autobús, la bici, la moto, el coche. Id a buscarla. Amad el mundo hecho para nosotros por una entidad desconocida que pensó que el mundo era tan fantástico que tuvo que convertirse en uno de nosotros para experimentarlo y de paso salvarnos de nosotros mismos. Una entidad desconocida que nos ama tanto que vino aquí, se ensució las manos y sufrió como el que más para poder decir:
"Vale, os entiendo; la vida puede ser muy dura. Ahora que hemos aclarado esto, hacedme el favor de ser amables con los demás y sazonar vuestra vida a vuestro gusto, que de esta no salís vivos.”
#Todas estas reflexiones no son originales; las he acumulado leyendo aquí y allá, pero sobre la naturaleza del Universo, culpo de mis conclusiones al libro "Mero Cristianismo" escrito por C.S. Lewis.
^Aquí, la historia es similar a no hablar con tus hijos sobre sexo. Si no hablas, se enterarán de todos modos, a veces con consecuencias nefastas.
++ En los viejos tiempos la gente copulaba tanto como ahora, queridos hermanos. Posiblemente más, que ahora tenemos Netflix.
*Tengo un gato, pero desgraciadamente Morris no es de los que se dejan acariciar.
Cuando falleció mi abuela a sus noventa y tantos años (nunca supimos realmente qué edad tenía exactamente, ni sabemos cómo consiguió cambiar el año de su partida de nacimiento) mi tía, pobre mujer, me dijo que había denunciado al hospital. ¿Para qué? Como si aquello fuese a devolvérnosla. Como si morir fuese una injusticia que se pudiera corregir con una demanda. Como bien has dejado escrito: el mundo no funciona así. Un abrazo, querida Ana.
Puedo aprender espanol, entonces leo primero espanol y despues de en ingles. Necesito aprender mas!!!